Irrational man (2015) de Woody Allen


Woody Allen ya está de vuelta y nosotros no podíamos más que recibirlo con los brazos abiertos. Después de la deliciosa comedia que nos regaló el año pasado, en esta  ocasión nos encontramos ante una película más inclasificable a nivel de género pero que retrata alguno de los grandes temas que más obsesionan al director de Manhattan.

La cinta posee un reparto muy bien elegido con estrellas de sobra conocidas como Emma Stone o Joaquin Phoenix, algo a lo que nos tiene malacostumbrados y que se complementa a la perfección con un texto muy bien trabajado. Una imagen dulce y ligera en apariencia, gracias a una acertada fotografía, pero que en realidad atesora mucha mala baba en un fondo con obvia infuencia dostoievskiana. Un nuevo retrato de la alta burguesía, aunque cambiando las calles de Nueva York por una importante universidad de provincia. Un cocktail que nos puede resultar familiar pero que significa otra vuelta de tuerca más en una cinematografía muy heterodoxa. Y esto es solo el principio...


Vía: www.asgeeks.es

La historia arranca con la presentación de Abe Lucas a través de rumores y habladurías sobre su llegada a una pequeña universidad costera. Su fama le precede: un atractivo profesor de filosofía con una grave crisis debido a sus problemas personales, la alienación, la perdida de fe en el ser humano y otras de las muchas neuras de los clásicos personajes del universo Allen se dan cita en el pobre Abe. Desde sus primeros días, traba cierta amistad con Jill, una joven alumna que se siente atraída por una figura tan idealizada como la de su desequilibrado maestro. Resulta muy divertido ver como cada lección que nos da en clase, corresponde con los momentos concretos de la película en lo que vemos la forma de actuar de los personajes, siendo un buen ejercicio de teoría y practica.

Joaquin Phoenix da vida al personaje al que se refiere el título de la cinta (muy irónico, por cierto), en  un rol muy complicado. Resolviendo con la visceralidad que nos tiene acostumbrados, regalando al espectador todo un repertorio de emociones, gracias a un guión donde la evolución del protagonista es muy enriquecedora y está muy bien marcada en cada escena. 

Todos estaremos de acuerdo que Phoenix es el actor más en forma en Hollywood, debido en parte a aquella supuesta pausa para dedicarse al mundo del hip hop. Parón que sirvió más como experimento social, que como el documental que pretendía su cuñado Casey Affleck. Las nuevas cintas de Spike Jonze o Paul Thomas Anderson son testigos de ello, uno de los mejores interpretes de su generación, que en cada papel nos entrega una parte desconocida de sí mismo. Sin duda estamos ante uno de los mejores papeles masculinos en una película de Woody Allen desde hace muchísimo tiempo.


Un elemento clave a nivel iconográfico es el mar, el paisaje marítimo al cual miran los personajes en determinados momentos de la película, siempre está ahí aunque de forma muy sutil. En las olas que golpean la costa hay un reflejo de sus estados de animo; así Woody Allen utiliza el entorno como elemento expresivo que exterioriza los sentimientos de los personajes usando distintas mareas dependiendo del momento en el que se encuentren los personajes. Un acierto sin duda, con mucha influencia del paisajismo inglés que denota el respeto y admiración que tiene el director hacia el arte europeo. Algo que se palpa en todos y cada de los planos, que aunque parecen engañarnos con su ingenuidad, son muy expresivos y van más allá de la simple representación de la acción. La cámara está muy bien colocada y el baile de los personajes junto con ella forman una danza perfecta, gracias a una gramática visual pulida con el paso de los años.


Irrational man stone phoenix
Vía: www.deadline.com

Estamos ante una cinta notable, que nos abstenemos de catalogar en la amplia filmografía del director. Siendo de obligado visionado para todo fan de Allen y todo aquel que disfrute de la esencia del buen cine. Bajo un aspecto más bien amable, encontramos una dura critica a la conducta humana y a un tipo de personajes del interés del director neoyorkino. Una nueva oportunidad de disfrutar de la nueva película de Allen: ni drama, ni comedia, ni siquiera thriller hitchcockiano, si no más bien una combinación de todas ellas. Sin duda, es una muy buena película. Recomendadísima.

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