Los miércoles no existen (2015) de Peris Romano


Tras ser todo un éxito en la escena madrileña, los Miércoles no existen se estrena en cines. Una versión alternativa a la vez que fiel de la pieza original de Peris Romano. Una refrescante comedia musical con una fuerte carga dramática que desentraña el amor en una generación de treintañeros en la capital española.

Peris Romano se adapta a sí mismo amplio conocedor como ningún otro del universo donde se está moviendo, en un complejo ejercicio de permuta entre los momentos musicales y los momentos dramáticos, creando un clima propio donde retrata una generación que se mueve por las calles de Madrid a ritmo de las canciones de Julio Iglesias o Vetusta Morla.

Sin duda alguna, esta versión tiene todos los componentes del cocktail que hicieron triunfar a la obra de teatro incorporando elementos cinematográficos que le dan mucho dinamismo; secuencias de montaje, efectos chulos, largos planos secuencia de acompañamiento a los personajes... dándole mucha consistencia como película. Nada que ver con esas adaptaciones maniqueas que huelen al medio de donde proceden.


Nos encontramos con una dramedia de enredos, con momentos de mucha comicidad que funcionan muy bien y contrastan con los momentos más intensos. Historias que se cruzan por puro azar o por relaciones personales que juntan a este grupo de personas que están en un momento importante de sus vidas, representado a través de los miércoles de diferentes años, alterando los tiempos y los espacios jugando con un montaje donde la historia te quedará completa en su emocionante final en el que te darán ganas de aplaudir.


Un elemento fundamental que está ahí desde los primeros compases es la ciudad de Madrid. Posee un retrato de cierta belleza urbana, una mirada nostálgica que con el paso de los minutos te vas dando cuenta de que su presencia no es un mero capricho del director, siendo fundamental en el desarrollo de muchas de las tramas, a lo que ayudan el empleo de localizaciones naturales así como calles y lugares de sobra conocidos por todos. Todo añade realismo y credibilidad algo esencial sobre todo en proyectos que son híbridos de varios géneros como es este caso.


Los miércoles no existen cine
Vía: 20 minutos

El elenco está formado por Inma Cuesta, Alexandra Jiménez, Gorka Otxoa, Eduardo Noriega y María León entre otros. Así que os podéis hacer una idea de lo que estamos hablando. Un reparto de lujo, con un montón de rostros conocidos, que pueden cantar mejor o peor pero en lo que se refiere a interpretación bordan su trabajo con un naturalismo pasmoso haciendo sentir al público muy cercano a sus problemas. Venga va, por puro masoquismo voy a  destacar dos interpretaciones que contrastan mucho entre ellas y que solo coinciden en una escena: me quedaría con la fragilidad y la tristeza contenida de Paula a la que pone rostro Andrea Duro y como no... con César, el macho alfa interpretado por William Miller, en el papel más divertido de la cinta además de uno de los papeles más agradecidos, ¿posible nominación al Goya?. En definitiva, unos personajes que dejan huella y que deseas que vuelvan a aparecer en escena, cogiéndoles mucho cariño y queriendo saber más de cada uno de ellos porque son auténticos. 


Al fin y al cabo lo importante de una película es que te entretenga y te cuente algo de manera fresca además de emocionante. En este caso, uno asiste a un collage de momentos que quedarán en la retina y que te obligará a cantar sus canciones (como me pasó a mí) cuando vayas camino del trabajo por las calles de Madrid...

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