Si
nos sigues con asiduidad no te parecerá una locura que destaquemos esta
nueva oferta de ficción como la piedra de toque seriefila de este
verano. Amamos Netflix y pese a sus altibajos siempre esperamos con los
brazos abiertos a cualquier novedad en su catálogo, más si cabe cuando
viene precedida por el rótulo de A Netflix Original Series.
En
este caso, Stranger Things nos propone una historia novedosa para el
formato televisivo siendo un consciente homenaje a nuestra nostalgia
cinematográfica sobre todo a aquella recogida en los 70 y en mayor
medida a la década de los 80 (donde transcurre la acción). La historia
arranque de forma impecable y tras una pequeña escena de presentación del entrañable grupo de niños formado por Mike, Dustin, Lucas y Will, nos plantean rápidamente el conflicto que da origen a la serie: la desaparición de este último.
El grupo de amigos deciden salir en busca de Will, —desobedeciendo la voz de los adultos— donder encontrarán a una misteriosa niña llamada Once, la cual dinamitará la relación entre los chicos y a la vez que hace avanzar la trama hacia terrenos más conocidos para todo fan de Stephen King.
El grupo de amigos deciden salir en busca de Will, —desobedeciendo la voz de los adultos— donder encontrarán a una misteriosa niña llamada Once, la cual dinamitará la relación entre los chicos y a la vez que hace avanzar la trama hacia terrenos más conocidos para todo fan de Stephen King.
Una
de las claves de la serie es aceptarse tal y como es, debido a que es
una obra que bebe de muchas fuentes no se avergüenza de sí misma,
jugándolo como una gran baza que la aproxima a su espectador ideal.
Aquel que vivió una etapa importante de su vida en esas ficciones que
marcan de por vida.
Aunque
muchos medios especializados no han parado de insistir en la influencia
de Spielberg e incluso Zemeckis, nosotros la aceptamos a medias. Debido a
que no solo por ser protagonizado por un grupo de niños y tener sus
conflictos familiares es algo exclusivo del director de La lista de Schindler. Además, esa luz y esa comedia de aventuras se disipan a las
primeras de cambio mostrándonos un universo totalmente alejado de E.T. o
Los Goonies y más cerca de Wes Craven, el cine de terror y en
particular el slasher. Nos encontramos sin duda ante una serie para
adultos con contenido no apto para menores.
Sin
duda alguna, el debut en la TV como showrunners de los Duffer Brothers
no puede ser más acertado. Una historia que genera interés con una
estética y atmósferas maravillosas, a lo que se suma un reparto donde a pesar de tener
a rostros conocidos como Winona Ryder o Mathew Modine son los críos los
que se llevan el gato al agua, debido a su carisma y a la particular
visión que tienen ante los conflictos, mucho más interesantes que la de
los adultos.
La
serie se cierra con un total de 8 episodios, los cuales se ven de una
sentada y te dejan satisfecho cuando dan a su fin. No sabemos como
será la segunda temporada, pero esta claro que la historia da para más,
habiendo sembrado futuros conflictos, a pesar de la cual es bastante
autoconclusiva. Por nuestra parte, después de ver Stranger Things
tenemos claro que es una serie a tener en cuenta.
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